La medicina natural se deriva- hasta cierto punto- de notables prácticas terapéuticas originadas en la antigüedad. Por ejemplo, culturas precolombinas como los incas y los mayas desarrollaron valiosos conocimientos médicos. Para los incas eran fuerzas de origen sobrenatural las causantes de varias enfermedades. En caso de que un habitante de este imperio indígena cometiera alguna acción indebida se ponía en riesgo de contraer peligrosas enfermedades. Así entonces los incas consideraban a la enfermedad como una vía de expiación.
Desde aquellos lejanos tiempos la medicina natural ha cambiado mucho, pero no ha perdido nada de su relevancia y de su pertinencia, al grado de que ha llegado a consolidarse como patrimonio de la humanidad.
Conviene saber de mejor manera cuáles son algunos de los recursos naturales más utilizados por los incas en sus prácticas curativas.
Por ejemplo, las hojas de coca eran usadas como sedante, ya que los incas las masticaban durante un tiempo prolongado para así mitigar dolores corporales. El tabaco y la chicha eran usados para disminuir el hambre y trozos de algunos troncos eran hervidos y aplicados en laceraciones corporales.
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Otro de los aportes que han abastecido más y mejor a la medicina natural son los conocimientos curativos de los mayas.
La medicina de esta cultura indígena considera al ser humano como un elemento permanentemente interactivo con el universo y con la sociedad. De allí que todas las actividades que realice una persona tienen implicaciones con la naturaleza y con su comunidad. Tal cosmovisión integral que ostentaban los mayas en su cotidianidad tenía importantes repercusiones en la medicina maya, específicamente en los diagnósticos y tratamientos incluidos en ella. Para los mayas precolombinos la salud es una consecuencia de vivir en armonía con la sociedad y la naturaleza, mientras que la enfermedad era una consecuencia de las trasgresiones a tales leyes.
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Una muestra del gran acervo de conocimientos que consiguieron los mayas y los incas y que con el paso del tiempo ha enriquecido la medicina natural, es el uso de las plantas de la selva. Esta clase de elementos silvestres eran empleados a manera de bálsamos para los músculos y para la piel. También eran usadas algunas variedades de plantas como jabón para limpiar y embellecer el cuerpo.
De entre las enfermedades que eran curables por las tradiciones médicas de los mayas y los incas destacan la tos severa, la bronquitis, la disentería, distintos problemas respiratorios. Los curanderos de estas etnias prehispánicas también eran capaces de atender casos de úlceras, dolores dentales y óseos e incluso algunos problemas oculares.
Otra de las facetas más valiosas de este antiguo conocimiento tiene que ver con el equilibrio de cuerpo y mente que enriquece de un modo holístico nuestra experiencia y participación con el cosmos.